CONVALECENCIA
Sólo tú me acompañas, sol amigo.
Como un perro de luz, lames mi lecho blanco;
y yo pierdo mi mano por tu pelo de oro,
caída de cansancio.
¡Qué de cosas que fueron
se van... más lejos todavía!
Callo
y sonrío, igual que un niño,
dejándome lamer de tí, sol manso.
...De pronto, sol, te yergues,
fiel guardián de mi fracaso,
y, en una algarabía ardiente y loca,
ladras a los fantasmas vanos
que, mudas sombras, me amenazan
desde el desierto del ocaso.
JUAN RAMÓN JIMÉNEZ
( 1881 - 1958 )
Sólo tú me acompañas, sol amigo.
Como un perro de luz, lames mi lecho blanco;
y yo pierdo mi mano por tu pelo de oro,
caída de cansancio.
¡Qué de cosas que fueron
se van... más lejos todavía!
Callo
y sonrío, igual que un niño,
dejándome lamer de tí, sol manso.
...De pronto, sol, te yergues,
fiel guardián de mi fracaso,
y, en una algarabía ardiente y loca,
ladras a los fantasmas vanos
que, mudas sombras, me amenazan
desde el desierto del ocaso.
JUAN RAMÓN JIMÉNEZ
( 1881 - 1958 )
Te encontré por casualidad, y tengo que agradecerte todas y cada una de las bellísimas cosas escritas, pensadas, sentidas..
ResponderEliminarGracias de todo corazón. No dejes de escribir!!
Besitosss
Ana
Gracias por tus palabras, Ana, y por tus visitas.
ResponderEliminarComo verás , he estado un par de meses sin entrar .