miércoles, 12 de octubre de 2011

Vamos a echar un polvo

El consumo de tabaco rapé, un tabaco en polvo que se inhalaba por la nariz.
Ya era una moda entre la nobleza europea del siglo XVIII .Tras moler las hojas de tabaco, el polvo era mezclado con aceites esenciales que le daban determinados aromas. Entonces era almacenados en recipientes herméticos que permitían que los aromas impregnaran el polvo de tabaco.

Cajita de rapé inglesa , esmaltada siglo XVIII

Tradicionalmente, sus consumidores colocaban una pizca de tabaco rapé sobre el reverso de la palma de la mano y lo inhalaban por la nariz. Portaban el tabaco en pequeñas tabaqueras, generalmente de porcelana, cuya elegancia también formaba parte del juego y el ritual de rapé.
Todos los hombres que se preciaban de elegantes llevaban en su bolsillo este bonito recipiente, en forma de caja, conteniendo el polvo de tabaco (rapé), que se intercambiaba como signo de cortesía "

Cajita de rapé con flores de estilo rococó adornada con piedras y diamantes 1765

-¿quieres echar un polvo?".

Pero como era de mala educación inhalar ante señoras, los hombres cuando sentían el sindrome de abstinencia salían del salón, con la excusa de echar un polvo.
Muchas veces la ausencia del salón, no era exactamente para inhalar rapé sino para tener un encuentro con alguna damisela en las habitaciones altas que tenían todas las casas de "buena familia" . La excusa para su ausencia era: -"voy a echar un polvo"- y se perdía por las habitaciones, donde se encontraba con su amante para un encuentro sexual.....

Caja de rapé de oro con esmalte central que reproduce imágen de la segunda esposa de Napoleón.

2 comentarios:

  1. Una entrada muy interesante. Resulta curioso ver las costumbres de otras épocas y cómo esas "inhalaciones" no eran vistas como algo malo, cosa que no ocurre hoy con otras que tantas desgracias acarrean y que parecen aceptarse demasiado entre la juventud.
    Has seleccionado con mucho acierto las imágenes.
    Te felicito por tu trabajo.

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  2. Así es, Jose. Una frase que estamos cansados de escuchar y al menos yo no sabia su procedencia.
    Como ves , las cajitas eran pequeñas obras de arte, preciosas .
    Muchas gracias por tus palabras.
    Lola

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